Imagínate que estás en la calle o en el centro comercial y tu hijo, se enoja, grita, llora y se tira al suelo; tú, ¿qué haces? le gritas, lo ignoras o le compras lo que pide…

La autoestima, es el sentimiento valorativo de nuestro ser, de nuestra manera de ser, de quienes somos nosotros, del conjunto de rasgos corporales, mentales y espirituales que configuran nuestra personalidad. Esta se aprende, cambia y la podemos mejorar.
Es a partir de los 5-6 años cuando empezamos a formarnos un concepto de cómo nos ven nuestros mayores: padres, maestros, compañeros, amigos, etcétera y las experiencias que vamos adquiriendo.
Muchas veces confundimos Autoestima con un exceso de alago, les decimos a nuestros hijos que son lo máximo, que no hay nadie como ellos y que son capaces de tener todo lo que desean, pero comentemos el herror de no enseñarles a realizar un erfuerzo por hacer las cosas, no les enseñamos que las cosas cuestan, que hay que trabajar por ellas, que no son gratis.
Es muy importante tratar bien a nuestros hijos, amarlos y respetarlos, pero sobretodo hay que enseñarles a aceptarse tal y como son, a aceptar que son bellos en su imperfección, a abrazar la capacidad de cambio y transformación.
Los ambitos que influyen en la creacción de una autoestima sana son:
• Personales (la imagen corporal, las habilidades físicas e intelectuales...).
• Personas significativas (padres, hermanos, profesorado, amigos,...).
• Factores sociales (valores, cultura, creencias...).
Que nosotros y nuestros hijos sepan que mientras estamos vivos, nuestra autoestima esta en proceso de construcción.
El placer de comer se da en toda edad y condición. La necesidad de comer que se inicia como instinto y necesidad vital, por efecto de la cultura se transforma en un acto sociable. El placer de comer en familia es exclusivo del hombre y debemos aprovechar todas las ocasiones posibles para disfrutarlo, máxime cuando beneficia también la relación entre padres e hijos.
Compartir la mesa es el mejor plan que podemos hacer cada día en familia. Aunque cueste conciliar los horarios es importante que tengamos un tiempo al acabar la jornada para conversar de lo que cada uno ha hecho durante el día.
Comer juntos favorece que los miembros de la familia se conozcan, hablen y estrechen sus relaciones. Hace que los padres se esfuercen por cuidar lo que comen sus hijos, que conozcan sus gustos, sus manías Comer juntos no es únicamente saciar el hambre en torno a una mesa, sino que detrás de sentarse a la mesa en familia hay un significado mucho más trascendente, el de la comunicación, preocuparse por el otro, escuchar a los demás y expresar nuestros sentimientos para que nuestros hijos también aprendan a expresarlos.
El tema de las redes sociales nos preocupa muchísimo a todos, un poco por miedo un poco por ignorancia. Vivimos en un mundo en que los avances en la tecnología son sorprendentes y muchas veces nos rebasan y superan nuestras mas increíbles fantasías.
Hay 40 millones de latinos en Twitter de los cuales Brasil tiene 3,400.000 usuarios. México tiene el segundo lugar con 1,700.000 usuarios, Venezuela tiene 921.00 Argentina 612.00 y Chile y Colombia 325.000 usuarios. Como ustedes pueden ver esto nos coloca en el segundo lugar en latino América.
Pero veamos las cifras de Facebook, en México hay 22.7 millones de usuarios. En total en el mundo hay 500 millones, según los reportes del mismo FB. En abril del 2011 México esta en la posición numero 6 del crecimiento en FB. En México cuando nos gusta algo, nos gusta en verdad! Entre los usuarios que mas lo utilizan son los de los rangos de 18 a 25 años de edad.
Hoy te conviertes en amigo de quien sea por Facebook solo con un click y muchos de esos clicks, terminas dándolos a personas que no conoces, pero lo mas impresionante es que en muchos de los casos son personas que sí conoces, con las que estudiaste, que fueron tus compañeros de banca o de clase, pero no tus amigos y sin embargo ahora años después les dices que sí quieres ser sus amigos en las redes sociales.
¿Y saben que pasa? Que te enteras de toda su vida, que cuantos hijos tiene, que si se caso o no, que si se divorció, donde comió ayer, a donde viajó, etc, etc… cuando en la escuela ni cruzabas palabra con ellos.
Lo mismo les esta pasando a nuestros hijos, es muy probable que en vivo y a todo color no se hablen, pero si son amigos en Facebook.
Si bien estas redes sociales proporcionan ciertas ventajas como hacer amigos, localizar a viejos conocidos, mantener lazos afectivos con familiares o compartir fotos y conversaciones entre otras cosas; por otro lado, es una ventana desconocida a la que millones de personas le comparten su vida privada.
Hay que ser un poco mas cuidadosos y selectivos con lo que hacemos, fijate bien a quien le dices sí.
La discriminación es un conflicto social que se vive en nuestro país y que ha traspasado espacios e instituciones, las escuelas no son ajenas a ella. El rechazo propio de la discriminación puede afectar el desarrollo emocional de los niños, ¿cuál debería de ser el papel de la escuela para erradicar este mal? ¿qué podemos hacer para que nuestros hijos no discriminen ni sean discriminados?
¿Qué es la discriminación?
Cuando hablamos de discriminación nos estamos refiriendo a un conjunto muy heterogéneo de actitudes y prácticas sociales e institucionales que, de manera directa o indirecta, en forma intencionada o no, propician un trato de inferioridad a determinadas personas o grupos sociales en razón de rasgos o atributos que éstos presentan y que socialmente son poco valorados o estigmatizados. Estos rasgos (que son los motivos y los detonantes de la discriminación) pueden ser el color de la piel, el origen étnico, la condición socioeconómica, la apariencia, la edad, la discapacidad y un muy largo etcétera.
¿Cuánta discriminación existe en México?
Una respuesta contundente y lacónica a esta pregunta es: existe mucha discriminación y de todo tipo. La Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, que realizó la Secretaría de Desarrollo Social con apoyo del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), en 2005 y que explora las percepciones sociales sobre el tema, revela que la experiencia de la discriminación es moneda de uso corriente en nuestro país; que somos una sociedad muy discriminatoria y que fenómenos tales como machismo, racismo e intolerancia religiosa, son elementos constitutivos de la forma de ver la vida de sectores significativos de la población. Una de cada tres personas está de acuerdo en que, en las escuelas donde hay niños con discapacidad, la calidad de la enseñanza disminuye.
¿Existe discriminación en la escuela?
La discriminación está tan ampliamente extendida y arraigada en toda la sociedad, que termina trasminando todos los espacios y las instituciones, y las escuelas no son ajenas a ella.
En una comunidad escolar donde conviven docentes, directivos, personal administrativo y de intendencia, alumnos, padres de familia y visitantes eventuales, se establece una red de relaciones sociales que determina en buena medida la manera en que las y los niños interiorizan normas, asimilan lo que se vale y no se vale, entienden y establecen sus propias relaciones, y desgraciadamente éstas suelen recrear muchas veces los prejuicios, estereotipos y estigmas prevalecientes en la sociedad.
¿Cómo combatir la discriminación en la escuela?
Combatir la discriminación en la escuela exige una estrategia articulada que comprometa a los distintos actores de la comunidad escolar, señaladamente a directivos y docentes, que abarque los diferentes ámbitos, prácticas y relaciones que ocurren en el espacio escolar y que se sustente en una plataforma pedagógica consistente: una estrategia integral, pues, de educación para la no discriminación. Esa es la estrategia cuyas líneas maestras voy a intentar delinear enseguida:
La discriminación, como hemos visto, se sostiene en una triada de desprecio, negación de derechos y exclusión. Esto nos permite, por oposición, delinear los propósitos esenciales de la educación para la no discriminación.
Enuncio cuatro objetivos fundamentales:
• Contribuir a la construcción de sujetos de derecho.
• Desarticular las bases socioculturales y simbólicas de la discriminación.
• Promover identidades libremente elegidas, abiertas, plurales y no confrontadas.
• Contribuir a la construcción de nuevos referentes para la interacción social.